martes, 18 de agosto de 2009

NUESTRAS RAICES.



Cazador de la Tribu Yagua utilizando una larga cerbatana para cazar. 
Nuestras Tribus Indigenas aún conservan sus hábitos y estiilos de vida.
Plano general del retrato de un indígena. La fotografía muestra el estado natural del indígena en su selva. En todo el fondo de la imagen se logra ver una gran cantidad de árboles que cubren en su mayoría toda la imagen. Unos son altos otros son pequeños, otros más verdes que otros. Palmas considerablemente grandes y todo tipo de árboles presentes en una selva que por la cercanía del uno al otro se hace difícil de describir. Más hacia al frente de la fotografía, por el lado derecho, se encuentra el indígena. Su piel es de color café –quemado por el sol -. Su cabello es de color negro, ondulado y lo suficientemente grande como para alcanzar a tapar sus orejas. En su cabeza, exactamente tapando toda su frente, hay una corona –al parecer diseñada por su propia tribu- con unas plumas en forma de cresta. Sobresale desde su frente hacia más arriba de su cabeza. Tiene unos colores extravagantes pero exóticos, el primero de ellos y el que más sobresale, es el violeta –es una combinación extraña de azul con morado, pero no es muy clara-. El segundo es un tanto rojo pero también tiene facciones de anaranjado y amarillo. La franja que amarra las plumas y envuelve su cabeza es de color anaranjado. Su vestimenta es muy extraña, parece ser que fue hecha con paja seca. Esta paja seca, la tiene de falda: envuelta e iniciando en su cintura y finalizando es sus rodillas; la tiene como un poncho: el cual tapa su pecho y su espalda nada más y terminando a la altura de la cintura y un estilo de mangas en los músculos de sus brazos: iguales a unas pequeñas faldas. En sus manos esta agarrando una larga cerbatana inclinada desde su boca apuntado hacia arriba: aproximadamente 2 metros de largo, unos dos centímetros de diámetro, de color café y al parecer hecho en bambú. La punta ubicada en la boca del indígena es un tanto extraña: es más ancha que toda la cerbatana –da la impresión de que la cerbatana entra en ese tubo- tiene un color amarillento pero pálido. La posición y postura del indígena indican que está preparado para cazar su alimento.
Claramente, en esta fotografía se puede observar a un aborigen colombiano que evidencia, al parecer, la existencia de una tribu indígena muy antigua. Además de que nos recuerda el lugar de dónde venimos; que a pesar del proceso transcultural que sufrimos con la llegada de Cristóbal Colón, aún conservamos unas pocas herencias de aquella época. Estas herencias se evidencian –como en este indio- en todas las culturas aborígenes existentes en Colombia. Son ellas, las que hacen de Colombia un país rico en biodiversidad poblacional. El indígena presente en la fotografía resalta los rasgos y características típicas de su tribu. Hoy en día, muchos colombianos hemos perdido y olvidado la noción de que venimos de aquellos indígenas, son ellos los que conservan nuestro legado cultural y a quienes debemos nuestra existencia hace más de medio milenio. El indígena de la fotografía refleja a la poca gente colombiana, que aún, recuerda sus raíces. Aquella gente que vela y trabaja por la seguridad de los demás, que extiende la mano y ofrece sin esperar nada a cambio. La que sin importar las adversidades, sigue luchando por el sustento diario de sí mismo y de sus progenitores. Esta es la gente que Colombia debería tener en todos sus terrenos. Como el indígena de la fotografía.

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